Complejo Penitenciario Federal VI – Luján de Cuyo, Mendoza

Fecha de visita: 28 y 29 de junio de 2022.

Cárcel nueva: habilitada parcialmente en 2018.

Tamaño: mediana (cuando se termine de habilitar será grande)

Espacios inspeccionados: pabellones A y D de la Unidad Residencial I; pabellón A de la Unidad Residencial II; pabellón B de la Unidad Residencial IV; pabellón A de la Unidad Residencial V; pabellón C de la Unidad Residencial VI y el sector de aislamiento respiratorio ubicado en el Hospital Penitenciario; sección educación; talleres de trabajo; gimnasio y campo recreativo; salones de visitas y habitaciones de reunión conyugal y el Hospital Penitenciario.

Comparación de cupos definidos

Población
(30/06/2022)
Cupo
SPF
Cupo Res.
Ministerial
Cupo
judicial
683357368No hay fijación judicial de cupo

Fuente: Elaboración propia. Datos de población y cupo del SPF procedentes de la Base de población y alojamiento PPN 

Pabellones relevados por el DPF de la PPN

MóduloPabellónTipo de alojamientoCantidad de celdas/camasDimensiones celdas /sector dormitorioMt2 x PPLCupo Res. MinCumple estándar Res. Min.?Cumple estándar PPN?
1Aunicelular -
celdas con baño
248m2412NoNo
1Dunicelular -
celdas con baño
248m2412NoNo
2Aunicelular -
celdas con baño
647m23,532NoNo
4Bunicelular -
celdas con baño
647m23,532NoNo
5Aunicelular -
celdas con baño
647m23,532NoNo
6Cunicelular -
celdas con baño
327m23,516NoNo

Esta cárcel alojaba al momento de la visita 683 personas, casi el doble del cupo asignado por el propio SPF (357) y el definido por Resolución Ministerial (368). Para duplicar la cantidad de población alojada, se instalaron camas cucheta en los diferentes espacios. Esto se hizo sin disponer de instalaciones y servicios acordes. Como consecuencia, las PPL no pueden acceder con la frecuencia adecuada a actividades educativas, laborales, recreativas y visitas. Además, padecen un régimen de encierro estricto, incluso en pabellones de conducta. 

Si bien el Complejo contempla la división entre un instituto de varones y otro de mujeres, este último no estaba habilitado a la fecha del relevamiento. Las mujeres estaban alojadas en forma provisoria en un módulo previsto para los varones. Esto conlleva restricciones que afectan a las mujeres privadas de libertad y mayores dificultades de gestión a las autoridades. Entre ellas, que no se utilizan las celdas cuyas ventanas dan a la Unidad Residencial de varones debido a que, por la noche, al encender las luces, las autoridades penitenciarias refirieron que puede verse a través de las ventanas con mayor nitidez y eso afectaría la privacidad de las mujeres que se alojan allí. Por eso, si bien el sector destinado provisoriamente a las mujeres tiene disponibilidad para alojar una persona por celda, se alojan dos -mientras varias celdas del pabellón quedan vacías y cerradas-. Esto se traduce en mayores conflictos de convivencia entre ellas. 

Por otra parte, se registraron falencias eléctricas ocasionadas por no encontrarse finalizadas aún las obras por parte de la empresa prestadora del servicio. En varios pabellones se pudo observar que las PPL enchufaban artefactos eléctricos, como por ejemplo los anafes para calentar o cocinar alimentos, dentro de las celdas, para evitar que saltara la térmica por conectar varios aparatos en un tomacorriente. 

Como consecuencia de la instalación eléctrica parcialmente habilitada, no funcionaba ninguna cámara de videovigilancia en todo el Complejo. Esto compromete no sólo la seguridad del espacio, sino que además impide que los organismos de control y de la justicia cuenten con pruebas relevantes de investigación ante posibles denuncias de hechos ocurridos en la unidad.

Toda esta situación da cuenta de la importancia de la planificación al momento de la construcción y habilitación de un establecimiento penitenciario; como viene sosteniendo la Procuración, el cupo carcelario es más que una cama, se debe garantizar el acceso a actividades laborales, educativas, recreativas, visitas y atención de la salud en condiciones dignas. Se debe contemplar que los espacios existentes sean acordes para dar respuesta a la totalidad de la población que tendrá la unidad. Como así también, se deben garantizar los servicios indispensables como electricidad y acceso al agua.

Otra cuestión a resaltar es que el sector de aislamiento respiratorio ubicado en el Hospital Penitenciario se utilizaba para alojar personas con resguardo o en tránsito, dado que el CPF VI no posee celdas o pabellones específicos destinados a esos efectos. En estos casos las personas permanecen encerradas 24 horas en la celda del HPC, sin ninguna salida, sin acceso a TV ni radio, sin mobiliario para guardar sus pertenencias y sin posibilidad de lavar ropa. Tampoco se autoriza a cocinar ni calentar agua para mate, ni les es permitido a las PPL comprar comida en la cantina (solo galletitas) o recibir visitas. 

Falta de mantenimiento de la infraestructura y ausencia de elementos básicos para la habitabilidad:

Destacamos que el CPF VI de Cuyo era el único establecimiento con colchones ignífugos. No obstante, se observaron colchones en muy mal estado y rotos, que las PPL remendaban por sus propios medios. Cuando ingresa el personal de requisa a hacer registros de los pabellones, cortan los colchones con la justificación de buscar elementos prohibidos –en vez de usar paletas detectoras-. Ello fue advertido por el equipo de la PPN con particular preocupación, incluso en la UR VI que alojaba personas con conducta y de nivel avanzado de progresividad (varias de ellas egresando con salidas transitorias). Además, se advirtió en todos los pabellones relevados que las cuchetas no tenían barandas.

El mobiliario de guardado era insuficiente tanto para los objetos personales como para los alimentos. No había ventiladores y se identificó que el funcionamiento de la calefacción era irregular en los pabellones relevados de las Unidades Residenciales I y II, dado que solo se percibía en algunas de las celdas (las de arriba, no las de abajo).  

Los inodoros no tenían tapa y no preservaban la intimidad al estar alojadas dos personas por celda. 

Las paredes no estaban en buen estado y algunos de los vidrios de las ventanas estaban rotos. 

Finalmente, se tomó registro de la presencia de basura en las zonas exteriores lindantes a las Unidades Residenciales, lo que podría tener relación con la proliferación de roedores de gran tamaño (conocidos como “pericotes“) que las PPL señalaron que ingresaban a los sectores de alojamiento, llegando hasta la cisterna del inodoro y a algunas celdas de la planta baja.